El poder del olfato en la experiencia del cliente

El olfato es el sentido más conectado con las emociones y la memoria. A diferencia de la vista o el oído, los aromas se procesan en una zona del cerebro vinculada a los recuerdos, el placer y las sensaciones profundas. Por eso, un buen aroma no solo ambienta: deja una huella emocional duradera. Cuando un cliente entra a un espacio con un aroma agradable, su percepción del lugar mejora. Tiende a quedarse más tiempo, se siente cómodo y vincula esa sensación positiva con tu marca. Esto no es casualidad: estudios demuestran que la aromatización estratégica mejora la recordación de marca y la intención de compra. En Aromas DAF trabajamos para que cada espacio genere una experiencia multisensorial. Porque una fragancia bien elegida puede lograr lo que un cartel o una pantalla no: conectar emocionalmente con quien te visita.